Eneatipo 3 – El Triunfador

Al eneatipo Tres lo hemos llamado el triunfador porque cuando los de esta personalidad están sanos, son verdaderamente capaces y triunfan en muchos aspectos de la vida.

EL TIPO PRAGMÁTICO, ORIENTADO AL ÉXITO, ADAPTABLE, SOBRESALIENTE, AMBICIOSO Y CONSCIENTE DE SU IMAGEN «Si trabajo mucho sé que seré capaz.»

  • MIEDO BÁSICO: No valer, no tener ningún valor aparte de sus logros.
  • DESEO BÁSICO: Sentirse valioso, aceptado y deseable.
  • MENSAJE DEL SUPERYÓ: «Vales o estás bien si tienes éxito y los demás piensan bien
    de ti»

Eneatipo 3

Son las «estrellas» de la naturaleza humana, y la gente suele admirarlos por su estilo y sus logros personales. Saben lo agradable que es desarrollarse y aportar al mundo sus capacidades. También disfrutan motivando a los demás a consecuciones personales mayores de las que se creen capaces de realizar. Encarnan lo mejor de una cultura y los demás ven reflejados en ellos sus esperanzas y sueños.

Los eneatipos Tres suelen tener éxito y caer bien porque, de todos los tipos, son los que más creen en ellos mismos y los más partidarios de desarrollar sus talentos y capacidades. Actúan como modelos y dechados debido a su extraordinaria encarnación de las cualidades que valora la sociedad. Cuando están sanos saben que vale la pena el esfuerzo de ser «lo mejor que pueden ser».

El éxito en sus empresas estimula a los demás a trabajar en su propio desarrollo. Los Tres desean hacer de sus vidas un éxito, comoquiera que defina el éxito su familia, su cultura y su esfera social. En algunas familias, éxito significa tener mucho dinero, una casa grandiosa, un coche nuevo y caro y otros símbolos de status social. Otras valoran las ideas, y para ellas éxito significa distinguirse en los mundos académico o científico. En otros círculos, éxito significa adquirir fama como actor, modelo, escritor o figura pública de algún tipo, tal vez como político. Una familia religiosa podría alentar a un hijo a hacerse sacerdote, pastor o rabino, puesto que estas profesiones tienen prestigio en su comunidad.

Se defina como se defina el éxito, los Tres intentan ser personas notables en su familia y comunidad. No quieren ser un «don nadie». Con esta finalidad, aprenden a orientarse hacia un objetivo y a actuar de modos que les atraigan abundancia de elogios y atención positiva.

De niños aprendieron a reconocer las actividades valoradas por sus padres o compañeros y ponen sus energías en sobresalir en esas actividades. También aprendieron a cultivar y desarrollar en ellos todo lo que fuera atractivo o con posibilidades de impresionar.

Eve es una próspera empresaria:

“Mi madre me enseñó a actuar. Tenía unos tres años cuando interpreté mi primer solo en la iglesia delante de la congregación; eso me valió muchas muestras de aliento y aplauso, y a partir de entonces continué actuando en público, durante toda la enseñanza media, ya fuera interpretando música o participando en debates. Incluso hoy me ocurre algo místico cuando me pongo delante de un público; me «conecto». Con frecuencia me llaman para hablar en público y algunos de mis colegas me dicen que detestan seguir mi programa porque soy irrepetible.”

Todos necesitamos atención, aliento y validación para desarrollarnos y prosperar, y el tipo Tres es el que mejor ilustra esta necesidad humana universal. Estas personas desean el éxito no tanto por las cosas que este puede comprar (como los Siete), ni por el poder y la independencia que proporciona (como los Ocho); desean el éxito porque temen desaparecer en un abismo de vacuidad e inutilidad; temen que sin la creciente atención y sensación de realización que suele acarrear el éxito serán don nadies sin ningún valor.

El problema es que en la precipitada carrera por conseguir lo que creen que los va a hacer más valiosos se desconectan tanto de sí mismos que ya no saben qué desean realmente ni cuáles son sus sentimientos o intereses. Desde sus primeros años, a medida que aprenden a ir en pos de lo que los demás recompensan, se desconectan poco a poco de sí mismos; paso a paso, dejan atrás su núcleo interior, el «deseo de su corazón», hasta que ya no lo reconocen.

Aunque son el principal tipo de la tríada del sentimiento, curiosamente no se los conoce como personas de «sentimientos»; son personas de acción y consecución; es como si guardaran sus sentimientos en una caja para seguir adelante con lo que desean lograr. Los eneatipos Tres han llegado a creer que las emociones estorban la ejecución, de modo que reemplazan los sentimientos por pensamiento y acción práctica.

Jarvis, hombre de negocios culto y hábil, explica que este hábito se desarrolló en él a temprana edad.

“En ese tiempo no me daba cuenta, pero cuando era niño no se me permitía tener sentimientos: no valían nada en el marco de lo que mi padrastro consideraba éxito. Desarrollé la costumbre de negar mis sentimientos y de concentrarme en realizar y sacar buenas notas en el colegio.”

Los Tres dicen que cuando se dan cuenta de cuánto han adaptado sus vidas a las expectativas de los demás surge la pregunta: «Bueno, ¿entonces, qué deseo yo?». Con frecuencia, sencillamente no lo saben; nunca antes se habían hecho esa pregunta. Así, su dilema fundamental es que no se les ha permitido ser quienes realmente son ni manifestar sus auténticas cualidades.

A temprana edad recibieron el mensaje de que no debían tener sentimientos ni ser ellos mismos: debían ser otra persona para ser aceptados. Hasta cierto punto, a todos los tipos de personalidad les han enviado el mismo mensaje, pero dadas su configuración y su formación particulares, los Tres no sólo lo oyeron sino que comenzaron a vivirlo. La atención que recibían por actuar de una cierta manera era su oxígeno, y la necesitaban para respirar. Por desgracia, pagaron un elevado precio.

Marie, experta terapeuta, explica la contradicción y el apremio de esta orientación:

 “Durante la mayor parte de mi vida, siempre se fijaban en mí cuando estaba ocupada en algún tipo de actividad, y por lo general recurrían a mí para que les diera algún tipo de orientación. Esta ha sido una espada de dos filos, puesto que si bien deseaba que me aprobaran y se fijaran en mí, al mismo tiempo tenía que ser perfecta, y eso era muy difícil.”

Personas Ejemplo de Eneatipo 3

  • Bill Clinton.
  • Elvis Presley.
  • John travolta.
  • Shania Twain.
  • Sharon Tate.
  • Jace Pauley.
  • Tony Robbins.
  • Opra Winfrey.

 

Texto extraido del gran libro: La Sabiduría del Eneagrama (Don Richard Riso & Russ Hudson).  Cómpralo en Amazon.

 

Vídeos sobre el Eneatipo 3

En esta sección encontrarás vídeos relacionados con el eneatipo 3.

El Eneatipo 3 según Borja Vilaseca

Vídeo Autor: Borja Vilaseca – Cursos sobre Eneagrama – www.borjavilaseca.com

El Eneatipo 3 según Alberto Peña

Audios del Eneatipo 3

En esta sección compartiré los audios del eneatipo 3 más interesantes que he encontrado. Espero que te gusten.

 

 

 

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